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Detrás de cámara


"Qué bonito es tu trabajo!", "me encanta lo que haces", "por qué no tienes más tiempo en tus programas!?", "se comen lo que haces?"

Estas frases son de las que más escucho y leo en las redes.

Aunque no lo sepas -pero seguro lo supones- detrás de cámara pasan miles de cosas... Pero antes de hablarte de ellas te cuento algo que pasa mucho tiempo antes de que las luces y las cámaras se pongan a andar.

Unos meses antes de que se grabe un proyecto una serie de cabecitas comienza a pensar en contenidos. Entre ellas está la mía: me dedico desde cero a las recetas que te voy a enseñar. Siempre con una premisa que desde el primer programa de "Fácil y Resultón" tuve clara... Esto lo tiene que poder hacer mi madre. Ella es el filtro para que una receta salga o no salga adelante.

Quienes me conocen y conocen mi historia, saben que -por estar todo el día fuera trabajando en la panadería- mi madre no es la típica madre con un amplio repertorio de recetas. Al contrario, ella siempre fue práctica y con sus "suspiros de espinaca", sus lentejas o sus chocotortas salía de un apuro con destreza. Y me enamoraba igual que con los platos más complicados me enamoran hoy grandes cocineros y cocineras! Claro: el sabor de la comida de mamá no se compara a nada.

Volviendo, pues, al tema que nos cierne; una vez probadas, re-probadas, escritas y hechas mis recetas, las presento a mi redactora. Isabel Azcona es quien se encarga de darles el visto bueno o de recordarme que "has usado poco pescado y tus #gordor necesitan más recetas con este producto" o me dice "25 postres para una temporada de 44 platos?" para que baje la cantidad de azúcar! Ella me guía y me recuerda que en verano queremos comer cosas frescas y que en invierno echaremos en falta una buena crema o un buen plato de legumbres.

Las recetas entonces vuelven a mi. Las corrijo, hago arreglos, las dejo en "el cajón de las recetas" guardadas para otra ocasión o simplemente las olvido. Si una receta no me enamora, no la hago. Vuelvo a entregar mi menú con correcciones y a partir de ahí es donde comienza a cocinarse todo en lo que llamamos "pre-cocina".

David es el cocinero que se encarga de conseguir todo. De velar por la calidad de los productos elegidos. De ordenar el trabajo para que a mi me resulte más fácil todo y que me enfoque -durante las grabaciones- en el ingrediente más importante de mis recetas: tú.

Junto a Isa y Lucas (el realizador) definimos cada programa antes de hacerlo. Hablamos con Luismi, Vicen, Fran, Pablo, Marcos (los cámaras) para que estén al tanto de mis movimientos y sepan que deberán sacarme flaquito cuando vaya al horno a llevar el bizcocho! (esta última parte no me la invento: siempre que llego a plató les digo lo mismo: "mostradme delgado que sino no hay postre!")

Alberto es quien se encarga de que tú me escuches. Viene con su micrófono y con mucho cariño lo coloca en su sitio, me acomoda la camiseta o la camisa, me pone bien el delantal, me mira de arriba a abajo y si él me da su OK, yo sé que está todo perfecto.

María, mi maquilladora, que es quien primero llega al estudio -y quien me recibe con mi coca-cola light y unos mimos a punto- da los últimos toques de su arte para que yo no tenga ningún brillo de más.

Raquel o Jaime -los productores- se encargan de que todo esté en su sitio. Materiales OK, Técnicos OK, Gonzalo OK.

Y a partir de ahí comienza la magia.

La famosa magia de la televisión. Esa en la que yo creía cuando era pequeño... Que me quedaba mirando horas, deseando estar ahí, como mis queridos Choly Berreteaga, Arguiñano, Marta Ballina, Osvaldo Gross...

Justo al terminar el programa, mis platos van hacia el estudio de fotografía, donde Miriam plasma para siempre en imagenes fijas la frescura de las hojas verdes, el crujiente de un rico rebozado o la cremosidad de una crema recién hecha.

Una vez terminado este proceso vuelvo a tener los platos conmigo y pongo a todos mis compañeros de trabajo en fila: quiero que los prueben. Que me den su opinión. Que coman! Ellos son los mejores críticos!!! Al fin y al cabo, han probado muchísimos platos de excelente calidad de la mano de los mejores cocineros que han pasado por el Canal.

Me voy contentísimo a casa cuando los platos desaparecen! Y casi siempre lo hacen! (recuerdo especialmente dos platos: mi tarta rosa todo rosa, que congregó a todos con sus móviles y luego los tenedores y el famoso "cerdo como el del chino de la esquina", que desapareció en un minuto, literalmente)

Después de cada grabación vendrá la edición y el trabajo de Guati, que es quien mejor conoce mis gestos, mis palabras y mis locuras. El pobre tiene que ver junto a Barbi -en su momento también Leire- miles de horas de programa y con todo eso (y mira que yo hablo mucho) debe hacer un capítulo que se entienda! Menudo trabajo!

Por suerte, y por tener a tanta gente profesional detrás de escena conmigo, con el tiempo fui aprendiendo y cada vez se lo pongo un poquito más fácil... Hablo un poco menos e intento no despistarme; para que tú no te pierdas ni un detalle de lo más importante: el plato que quiero enseñarte.

Hay miles de historias salidas de estas aventuras #DetrásDeCámara. Quieres saberlas todas?

Quédate conmigo, porque a cada una le llegará su turno...

Un besazo,

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